Francisco Alcantara Jurado, nació en Pedro Abad, el 27 de marzo de 1854. Su padre, Fernando Alcántara Muñoz, era un agricultor medio, además de un gran artista de la ebanistería. La madre, María Josefa Jurado Alexandre, nació en La Granjuela. Vino a Pedro Abad, acompañando a su hermano Manuel, maestro y sacerdote.
El matrimonio Alcántara Jurado, tuvo doce hijos, aunque algunos de ellos no llegaron a la edad adulta. El tío Manuel, fue clave en la formación intelectual y cultural de los sobrinos, algo vetado en la época a las clases medias. Sin embargo, los contactos de este hombre con la poderosa familia Porras, y su posición económica, hicieron el milagro. D. Manuel Jurado fue un pilar fundamental, en la formación cultural y moral de las hermanas DOLORES Y RAFAELA MARIA PORRAS AYLLON, fundadoras de la Congregación de Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús.
Francisco Alcántara, demostró desde pequeño, ser muy inteligente, válido para los estudios académicos y una vena artística, digna de desarrollar.
Sus primeros años de estudio, fueron en el pequeño pueblo, hasta que a los doce años, pasó a estudiar en el colegio de la Asunción de Córdoba (actual Instituto Góngora). A los pocos meses de llegar a la capital, se matriculó en las clases de Dibujo y Pintura de Rafael Romero Barros.
En Córdoba, entabló amistad, con Julio Burell y otros jóvenes importantes de la sociedad de la época. Lazos qué continuarían de por vida.
El arte, era su verdadera pasión, pero obligado por su familia, hubo de elegir la carrera de Derecho, para poder acceder a la Universidad y a la capital Madrid. Realizó sus estudios en la Complutense. A mitad de la carrera, logró el ingreso en la Escuela de Bellas Artes. Comenzaba a conseguir su sueño. Sin embargo, una vez licenciado en Derecho, sin gustarle la profesión, la familia, le obliga a estudiar Ingeniería Agrónoma. Afortunadamente también en Madrid, " EL GRAN LABORATORIO DONDE SE COCÍA TODO LO IMPORTANTE PARA LA NACIÓN".
Para entonces, el joven Francisco, ya tenía muy bien ideado hacia donde quería orientar su vida.
Durante estos años de juventud, establece una gran amistad con d. Benito Pérez Galdós y José Ortega y Munilla. Ellos le abren las puertas al periodismo. Con los años, se ganará un gran prestigio como el mejor crítico de Arte del país. Del país. A finales del XIX empeñado en dar a conocer ciudades muy olvidadas, escribe un libro, con el título "CÓRDOBA", donde refleja todo su amor por ella y también, habla de Toledo. Asumirá totalmente las ideas de d. Francisco Giner de los Ríos y los métodos de la Institución Libre de Enseñanza y el pensamiento Kraussista. Empeñado en el continuo aprendizaje, viajará a Italia a ampliar sus conocimientos artísticos. Y se hará un gran experto en las artes industriales, sobre todo la Cerámica. Ello le convertirá en el adalid de este oficio, hasta lograr en 1911 la creación de la Escuela Nacional de Cerámica de la Moncloa. La Escuela alcanzó de inmediato un gran prestigio y despertó un gran interés a nivel internacional. Con los alumnos de dicha Escuela, realizó cada verano, cursos al aire libre en lugares históricos y muchas veces recónditos de la geografía española. En La Alberca, Salamanca, dejó una importante huella, que amplió su hijo Jacinto, continuador de su obra. Fue el introductor en España de un método de pintura, considerado hasta entonces inferior. LA ACUARELA, la cual logró elevarla a categoría de ARTE. Desde principios del siglo XX, desempeñó el cargo de Jefe de Protocolo del Ayuntamiento de Madrid.
Junto a otros intelectuales de la capital, entre ellos el duque de Alba, puso en marcha el Museo Municipal de Madrid. Escribió sus críticas y reseñas en los más importantes diarios y periódicos de la época. Con su pluma, hizo famosa, la obra de Sorolla, Romero de Torres, Zuloaga y muchos más. Fue descubridor de otros también, muy buenos como Rafael Botí o Daniel Vázquez Díaz. Con este último, entabló una fuerte amistad y fue éste, el único que logró realizarle un retrato.
Estuvo muy vinculado a la RESIDENCIA DE ESTUDIANTES, donde era muy bien considerado, por su sabiduría. García Lorca, entre otros le tenían como ejemplo. Ortega y Gasset, le tenía como maestro de pensamiento y consejero. En este periodo alentó y fraguó grandes actos en LA RESIDENCIA, como por ejemplo, la conferencia ofrecida por MARIE CURIE, que supuso un gran éxito en Madrid.
Francisco Alcántara Jurado, fue considerado en su época, como el mejor crítico de arte, con una mente abierta a los estilos cambiantes y modernos que llegaban. También era tenido por el hombre más sensato y mente preclara y juiciosa de la capital. Y por caballero que llamaba la atención, por su actitud, porte y elegancia.
El 25 de diciembre de 1927, Pedro Abad, le ofreció un gran homenaje. Se le rotuló una calle y colocó un busto. Al acto asistieron importantes personajes de la época, como los hermanos Romero de Torres. El pueblo entero se volcó con su Hijo más preclaro.
Falleció en Madrid, el 30 de marzo de 1930. Tras su muerte recibió muchos honores que rechazó en vida.
Fue un hombre sencillo, justo y bueno, que nunca quiso reconocimientos. Aun así, en Madrid se rotuló una calle y otra en La Alberca. (1). Para saber más. BIOGRAFÍA DE FRANCISCO ALCANTARA JURADO. Fundador de La Escuela Nacional de Cerámica. GONZÁLEZ PUENTES ROSARIO. Publicaciones del Monte de Piedad de Córdoba 2005.
Rosario González Puentes. Cronista Oficial de Pedro Abad. Mayo 2020.