Allá va mi reflexión.
Navegantes O Viajeros o "juncos pensantes”, Como decia Pascal, o Habitantes de la ONU "confuso laberinto", Como ESCRIBE Javier Sánchez Menéndez. ¿Qué somos ?, ¿Qué sentimos?
Detenerse en ALGÚN rincón de ESE laberinto Y DESDE EL Contemplar El Mundo y seguir contemplándolo a través de la marcha. Y no solo contemplar, también -esencialmente- enamorarse de las cosas, de los seres, de los instantes, de las ausencias, del camino.
"Nuestra orilla salvaje" habla de todo eso: de la luz , las sombras, los nutrientes, el derrumbe ..., de los días veloces, de las cicatrices, del vértigo.
En su nuevo libro, la autora, intenta expresar con las palabras el latido, el afán, la herida, la esperanza. La orilla salvaje no es la adecuada, tampoco es la misma. Es peligrosa, como el exceso de melancolía por una juventud amada y demasiado fugaz. A la orilla salvaje solo se va a morir.
En la primera parte, "El fin de las hadas", el sabla que otorga la experiencia del riesgo de derrumbe: "Y es necesario el uso / de muletas o vigas / más sanas, que apuntalen / las viejas estructuras", dice el poema CONSTANTES VITALES; nos habla de los "días veloces" (CICLO). constata que "Era cierto. Los errores se pagan" (ERRORES). En el poema HUECO está el verso que da título al libro y en él la autora pregunta "¿Qué es lo que queda del mundo?": "Este río oscuro que arranca y nuestra orilla salvaje".
El tiempo y toda una constelación semántica en torno a esa palabra ("cumpleaños" en BALANCE, "despedida" en REPRESENTANTE DE LO EXTRAÑO, "combustión" en RESTOS DE NUESTRO DERRUMBE, "breve" en FIN DE LAS HADAS, "memoria" HUESOS, "renacimiento en CRISÁLIDAS", "eco" en DURMIENTE, etc.) conforman esta primera parte del libro.
La segunda parte -ABRAZO DE LOS EXTRAÑOS- es memoria de lo vivido - "ya no te entiendo" escribe en NI SIQUIERA-, en el fulgor de lo que fue - "En los dedos, tu nombre" (NIEBLA) -. A ese pasado nada abstracto al que hay que "dejar ir" se dirige Rosario Troncoso en MUERTOS - "Y tú no entenderás este poema". / Porque todos mis poemas que son tuyos, / bajo tierra, invocan la lluvia "
El saber de la experiencia, el internarse en el laberinto de lo vivido, el evocar los abrazos, no nos convierte en sabios. Somos siempre principiantes e importa "seguir viviendo" y otras veces pensamos que "nada es más grande que el equilibrio, / la inmensidad del orden. / NI tampoco el amor. (EQUILIBRIO)".
Para principiantes e imperfectos como somos, el equilibrio puro es una quimera: "Aquí solo hay bruma y no se el faro." (SOLO EL HUECO).
"Nuestra orilla salvaje" no es un pensamiento abstracto, no es retórica sobre el paso del tiempo. Es confesión, temblor.
Por Paco González Fuentes
Presentación 30 de Noviembre
La Garabata de Puerto Real (Cádiz) Calle Leñadores 21 y 23.