Querido amor:
A ti, que te quiero sin querer y te pienso sin pensar. Dan las dois y las tres…y sigo sin sueño, estoy pensando en ti. Nunca creí que me ocurriría esto a mí, que dudaba del amor, ¡qué equivocación!
Me haces sentir que quiero cantar y yo no canto. Me hormiguea la tripa cuando pronuncio tu nombre y me sonrojo cada vez que te pienso.
¿Es este sentimiento lo que los poetas han luchado en describir como el amor.
Empieza a verte como la persona que ha robado mi corazón y siento como si te amara de toda la vida. Este sentimiento hacia ti es tan repentino a la par que bonito, pero tengo miedo de acercarme y de que quiebres esta fantasía que estoy empezando a vivir.
Me pregunto si lograré que me mires de la manera en la que yo lo hago contigo, si alguna vez podré sentir cómo es tomarte de la mano o cómo será tener tus labios sobre los míos. Jamás habría imaginado sentirme así a causa de alguien.
Me siento bien sabiendo que mi corazón está despertando, que es capaz de llegar a preocuparse por alguien más. Hace un rato que empecé esta carta y sigo pensando en cada una de las cosas que me gustan de ti. Eres alguien especial que se ha ganado cada uno de mis pensamientos y miradas. ¿Te animarías a amar a alguien como yo?
Mientras tanto, entablo conversaciones en solitario con la almohada, intentando dar solución a cada una de estas preguntas que me hago. Sé lo que siento. Estoy enamorado de ti.
Andrés Santos Salvatierra
4º ESO-IES José Cadalso (San Roque)