La Danza de la Mente. El Arte de la Abstracción por Victoria Calvo
Nuestra mente es un cuerpo cognoscitivo que tiene los brazos de la percepción, se mueve con las piernas del pensamiento, moldea su entorno con las manos de la memoria y observa al mundo con la mirada de la conciencia.
Durante siglos, el ser humano ha adquirido una determinada actitud ante los estímulos sensoriales que recibía de su entorno. Los sentidos, (vista, oído, gusto, olfato y tacto) aliados en una guerra pacífica que aúna a hermanos, nos proporcionan una herencia codificada, una información que ha de ser digerida por nuestro cerebro y que ha condicionado nuestra personalidad.
La información masiva recibida, se transforma en una determinada emoción generando una respuesta pensante en nuestra mente. Este pensamiento, fruto de esos estímulos percibidos a través de nuestros sentidos, ha ido evolucionando a lo largo de la historia cincelando los pilares en los que se cimienta el razonamiento colectivo actual. El resultado, es muy parecido a una gran Torre de Babel de tintes dantescos, una estructura donde los pensamientos tienen vida propia, van y vienen a su antojo y cada uno de ellos se expresa en un idioma sincrético donde un pensamiento se relaciona con otro al estar creados por una misma base emocional. En este cuerpo de Babel, los Mind Beings, los seres creados por nuestra mente, esas ideas arquetípicas a las que hemos dado forma a lo largo de los siglos, se mueven en un particular reino digno de gobernar.
Curiosamente, este reino es un reino sin ley, un reino que no necesita leyes que delimiten aquello que no tiene límites; un vasto territorio mental que ha existido desde el principio de los tiempos y que ha adquirido vida propia. Si tenemos en cuenta que cada pensamiento tiene su danza particular, debemos dejar que el bailarín termine la función para la que ha sido creado. Que ejecute el giro de los recuerdos, que se eleve por encima del raciocinio y salte hacia la tierra de la imaginación creativa para alcanzar la sabiduría.
Numerosas culturas han definido la danza de la mente como el preludio de una nueva obra, la antesala de lo transpersonal, la experiencia espiritual de la iluminación budista, el vacío iluminador del zen o la inmortalidad del Tao. Si trascendemos la información que nos dan los sentidos reconociendo que lo que percibimos responde a un estímulo externo y crea una determinada sensación, si admiramos el eterno baile de nuestros pensamientos como la forma de actuar de unos seres que han seguido el camino que nosotros les hemos trazado con nuestras ideas y principios, alcanzaremos el pleno desarrollo de nuestras capacidades.
Para ello, la mente ha de seguir unas pautas imprescindibles. El individuo que desea trascender sus propias barreras, desarrollará su pleno potencial experimentando la totalidad de sí mismo en esa calma victoriosa que sigue al esfuerzo del danzante. Un deporte interior que experimenta la consonancia con la naturaleza, la fuente de energía que nos da el equilibrio entre intelecto y creación, entre el raciocinio y la fantasía; un retiro introspectivo que respira reflexión, calma e interiorización. La conexión con mundo vivo que da vueltas dentro de nosotros.
«Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras.
Cuida tus palabras, porque se convertirán en tus actos.
Cuida tus actos, porque se convertirán en tus hábitos.
Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu destino».
Mahatma Gandhi
Todos aquellos que han conseguido aquietar sus pensamientos, también han conseguido moderar su propio destino. Las personas que han logrado hacer realidad sus sueños, los que la sociedad ha considerado como vitales triunfadores, han tenido que enfrentarse a sus sombras y a sus temores afrontando los nuevos retos con la perspicacia del asombro. Han tomado las riendas de sus acciones y han transformado las dudas en actos certeros. Los que intuyen cuál es su verdadero hogar interior, hacen que sus mentes dancen en el sendero de la quietud meditada. Sus acciones han abierto el portal del viaje transpersonal que une mente y cuerpo en un individuo evolucionado, han emprendido el camino del héroe y han transformado su mundo en un universo único e indivisible.
En este camino heroico, puedes encontrar a guías que te ayudarán a conciliar la abstracción meditada con el razonamiento consciente. Personas que durante años han vivido sus procesos de cambio para ayudar a otros a resolver sus inquietudes en la andadura hacia el sí mismo. Somos nuestro proyecto más importante y si somos conscientes de ello, podremos dar sentido a nuestras vidas y a las vidas de los demás.
Victoria Calvo
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TítuloLa Danza de la Mente. El Arte de la Abstracción por Victoria Calvo