Buenas noches damas y caballeros niños y niñas espero hubiesen tenido un hermoso día, y ahora se dispongan a salir felices y dichosos para sus casas a disfrutar del amor y la paz con los suyos en sus bendecidos hogares. Mi nombre es Andrés y soy poeta, nunca he estudiado alguna carrera y con un esfuerzo enorme mi madre ha hecho de mi este ser que ustedes ven que apenas ha terminado la segundaria. Ustedes se preguntarán amables personas que hago diciéndole estas palabras y con que fin, solo quiero pedirles mucha atención y me regalen dos minutos de su tiempo, recitaré un poema de Raúl Gómez Jattin gran poeta de mi amado país, lo haré tan rápido para que no muera la inspiración y tan lento para que lo entiendan, como ya se pueden dar cuenta soy viajero y vivo de lo que ustedes me puedan obsequiar cualquier moneda, billete conforme a su bolsillo. No pido alhajas para volverme rico, solo algo de un pequeño valor para poder dormir tranquilo esta noche y terminar el día con la barriga llena y el corazón contento.
Y esto dice así:
Pequeña elegía
Ya para que seguir siendo árbol
si el verano de dos años
me arrancó las hojas y las flores
ya para que seguir siendo árbol
si el viento no canta en mi follaje
si mis pájaros migraron a otros lugares
ya para que seguir siendo árbol
sin habitantes
a no ser esos ahorcados que penden
de mis ramas
como frutas podridas en otoño…
Muchas Gracias.
Y fui ahí en ese momento, después de un breve silencio eterno donde se escucharon varios aplausos, no puedo ser mentiroso y decir que todos se pararon de sus sillas y rondó la felicidad en el auditorio regida de una gran euforia por los que ahí se encontraban. No, no fue así, pero si fueron tres o cuatro personas los que aplaudieron no sé si por el poema o por lastima igual no puedo ser exacto y decir el porqué lo hicieron, pero lo hicieron, y entonces fue ahí en donde yo lancé mis dotes de inspiración a las lagrimas. Había vencido un miedo y ahora la emoción no podía soportarla como todos las personas lo hacen o al menos la disimulan ¿quién podría disimular en ese momento? después de haber pasado por tanto y ahora por un poema corto como el amanecer, como el mismo día, como un respiro de fuerza me había dado eso mismo, un respiro de fuerza para seguir adelante. No bastó nada para que todos incluyendo niños llenaran mi sombrero de monedas y de billetes y una señora de la cual no recuerdo el nombre pero si su cara y eso me avergüenza bastante no recordar su nombre, pero al menos tengo en mi memoria grabada su rostro y el tono de su voz diciéndome que si quería pedir algo para cenar, antes de irme, que ella con mucho gusto pagaba. Al principio le dije que no era necesario que no se preocupara, pero mis palabras no eran validas y eso se notaba a leguas, ella lo notaba por eso no hizo caso a mis palabras y me pido el menú de la noche, una limonada, y si había postre que también me dieran postre. Un niño quiso tomarse una foto conmigo, otros me preguntaban que qué hacia en Ecuador si yo era colombiano que porque no estaba con mi mamá y mi papá en casa, que como hacía para vivir así que si no tenía miedo de que me sucediera algo, tan solo podía reír de exaltación, sin querer queriendo parecía un héroe, un protagonista del día. Y fue así que sin saberlo me fui convirtiendo en un protagonista del día a día, cada día de mi vida.
Ese día pude gracias aun “menesteroso” poema cenar y dormir en un hotel con ducha caliente, TV y una cama limpia en donde pude descansar unas horas y al siguiente día volver a empezar, todo era cuestión de tejer el camino, de acostumbrarme a una vida nómada en donde todos los días tendría que empezar de cero y fue así como al paso del tiempo fui describiendo camino y recorrer Ecuador Perú y Bolivia, y ahora gracias a una oportunidad de esas que llegan por suerte y solo una vez en la vida pude viaja a Europa, precisamente España, cruce el océano atlántico cuando menos lo esperaba, todo por llevar poemas a restaurantes a calles todos de mi autoría y los cuales vendo a cualquier persona del común para ganar un sustento diario, soy una persona, soy un tejedor, soy alguien que simplemente intenta vencer los obstáculos que en un pasado no tenían salida, y ahora gracias a todos aquellos transeúntes que al igual que yo luchan por su leyenda, por su lucha constante en las ciudades y campos, hoy estoy desde Valencia, haciendo sonar mi voz, mi escritura con la certeza que en todo lugar alguien nos espera para darnos una mano sin esperar nunca nada… nunca nada a cambio.