Siempre es interesante hablar con un artista importante, pero en este caso tiene diversos pluses que la hacen más interesante.
Coincido en muchas cosas con este escultor. En primer lugar, la coincidencia por el gusto por la belleza de lo figurativo contra lo conceptual. Pero también en cosas más prosaicas. No sólo el nombre que es obvio, sino también en el año y mes de nacimiento. Posiblemente pertenecer a la misma generación crea esos puntos de conexión.
Desde que está expuesta, cuando paseas por el Museo de Bellas Artes de Córdoba, llegas a la sala donde se encuentra una de sus bellas esculturas. El vuelo de Julia es bella por su elaboración, es bella por su significado y es bella por su esperanza.
La naturalidad con la que se trata un problema tan intenso, transmite la esperanza que tenemos que tener en la vida.
Compartimos la mañana con un Menta Poleo.
¿Cómo se encuentra José Manuel Belmonte?¿Está satisfecho?
Yo estoy muy satisfecho. Me encuentro en un momento de madurez, de equilibrio. Estoy en el punto de querer gustarme. Quiero hacer algo que me guste a mi. El artista tiene que ser el principal autocrítico. La gente me pregunta “¿y ahora qué José Manuel?” La inquietud existe después de un icono como El Vuelo de Julia pero ya viene la siguiente.
¿Cómo llegó esta obra?
El artista hace dos tipos de obras. Una para llenar el espíritu y otra para llenar el bolsillo. Esta fue para llenar el espíritu. A raíz de una amiga con la que viví el problema del cáncer, Julia. Esta, afortunadamente, salió de aquello, y pensando en una exposición que tengo en mente, que se llamaría algo así como “Los Mártires Modernos”, la cual recogerá diversas situaciones sociales, salió.
Tu escultura tiene mucho de social. No es una escultura amable, reproduce una sociedad real.
La función del artista es crear belleza donde aparentemente no la hay. Un tema como el cáncer de mama, donde hay una cicatriz la cual no es más que un detalle. Después esta la escultura en conjunto, con una amabilidad y aceptación de la situación. Yo no quiero que el espectador se quede indiferente. Quiero que le provoque cualquier tipo de sentimiento. Cuando hice “El recreo de los ausentes”, en su inauguración más de la mitad de los asistentes lloraron. ¿Quién no tiene un problema de alzhéimer en su casa?
El artista es un filtro. Nosotros transformamos todo lo que nos llega a una protesta, a una concienciación. Decimos, señores esto no puede pasar desapercibido. Somos los biógrafos de la sociedad. Yo no podría hacer un personaje ecuestre, pero si podría en bicicleta o monopatín.
En tu obra, entiendo, que transmites más sensibilización que protesta ante la sociedad ¿es así?
Es así. Ese es el riesgo que tenemos que correr, es un tipo de obra que tengo que sacar porque la llevo dentro. Es la forma de sanarme a mi mismo. Convivo con ese y con muchos problemas y transmito lo que veo.
Ahora, vuelas de nuevo, de otra manera. Ahora China.
Rosa Anguas, que dirige Art-BCN, me conoció en Barcelona y le gustaba mi obra. Me planteó la posibilidad de llevarla a China, a la Feria Art Revolution en Taipei, de las ferias más importantes del mundo. Seleccionaron parte de la obra y se llevan ocho piezas. Obras en pequeño formato, pero reducidas de mis obras grandes. Van: los tres hombres pájaros, cogiendo la luna, un relieve, un picapedrero y dos equilibrios femeninos.
Es una feria muy cosmopolita. No es una feria de galeristas. Ellos eligen a los artistas que participan en su feria.
Una vez en China la obra va a estar un año dando vueltas por ese inmenso país. Va a otras ferias, galerías de arte e incluso museos.
Ellos quieren una obra amable y agradable a la vista.
¿Por qué cuesta tanto aquí el reconocimiento a nuestros artistas? De la época andalusí de la que todo el mundo se acuerda a ahora que nadie, o casi, reconoce a nadie.
Yo tengo una teoría. En Córdoba estamos rodeados de tanta belleza que no somos capaces de valorarla en su justa medida. El cordobés se da cuenta de lo que tenemos aquí cuando sale.
Hay muchos y muy buenos artistas aquí. Aquí te ponen el listón tan alto que cuando salimos nos comemos el mundo.
Es verdad que el nivel de artistas y creadores andaluces es superior al resto de España.
Yo creo que influye la luz, el carácter, e incluso el agua del Mediterráneo lo hace. Pasa igual en el resto de los países. Por ejemplo, Italia el arte también está en el sur.
¿En España, que tiene previsto José Manuel Belmonte?
Muchas han sido las llamadas desde inicio de este año 2018. Recientemente he llegado comienzo a trabajar con una galería que hay en Madrid, Mondogaleria. Y otra de Valencia, Mayka Sánchez. También acabo de estar haciendo durante un mes un retrato en Málaga de un personaje muy relevante de allí.
También, aquí en la provincia, hay unos proyectos que en breve podremos anunciar.
Para finalizar, recomiéndanos otro artista que no podemos dejar de conocer en Córdoba.
Son muchos, pero me quedo con un compañero escultor: Noé Serrano. Es una persona que va en contra de lo establecido. Es un científico de la escultura. Se lleva media vida probando materiales nuevos: siliconas, poliéster, … con ello consigue una gran calidad. Le están llamando para participar en películas como Un Monstruo Viene a Verme y trabaja en galerías importantes.
En lo plástico, por ejemplo, Pepe Puntas. Alejado de mi estilo, pero tiene en su obra: el colorido, la composición. Tiene una exquisitez, un equilibrio, un gusto en el color que me relaja. Ahora está haciendo una obra un poco con carga social.
Muchas Gracias José Manuel por este vuelo sobre tu obra y sobre el arte en general.