Un estudio de la Fundación muestra que, gracias a los microconciertos en hospitales, residencias o centros sociosanitarios, los pacientes presentan una notable mejoría en su salud física y psíquica, y los voluntarios una reducción significativa de la ansiedad y mejoras en el funcionamiento del sistema inmunológico.
La Fundación Músicos por la Salud, que pertenece a la red de Voluntare, ha participado en el IV Congreso Internacional de Voluntariado Corporativo que se ha celebrado ayer y hoy en el Campus Repsol de Madrid. Se trata del congreso internacional más importante de habla hispana que reúne a más de 60 ponentes expertos y 150 empresas con el objetivo de crear una nueva visión del voluntariado y conectar propósitos empresariales, profesionales y personales alrededor de los “Gestos que Cambian el Mundo”, el lema del Congreso en esta edición.
Durante 20 sesiones entre plenarias, talleres y charlas, se han ofrecido 12 horas de innovación y buenas prácticas en voluntariado corporativo.
Músicos por la Salud participó en el acto de inauguración con la celebración de un microconcierto a cargo de Katia, una actuación que muy aplaudida por los más de 300 asistentes.
La directora de Relaciones Institucionales de la Fundación, Arantxa García-Raga, ha participado en la Mesa de diálogo “Cambiando el mundo, cuidando la mente: el impacto positivo del voluntariado social”, junto a la directora de Pista Mágica, Sonia Fernández; el gerente de Bienestar y Salud del Grupo Santalucía y Red Agencial; la fundadora de Esther con H, Esther Gómez, y la directora de Inclusión de Personas con Discapacidad Fundación PREVENT, quien actuó como moderadora.
En un mundo donde la salud mental se ha convertido en una preocupación cada vez más acuciante, el grupo de expertos ha analizado el poder transformador del voluntariado en el bienestar mental, abordando tanto su impacto en quienes reciben ayuda como en los propios voluntarios.
En este contexto, García-Raga ha iniciado su intervención explicando la labor de Músicos por la Salud para combatir la soledad que supone la enfermedad o la situación de vulnerabilidad, a través de microconciertos participativos que contribuyen al bienestar y humanizan los hospitales, residencias y centros sociosanitarios.
En esta tarea, según ha explicado, resulta fundamental el trabajo del voluntariado corporativo de empresas como Sacyr, Clece, Allianz o Berger Levrault, que colaboran en los microconciertos de Músicos por la Salud.
Estos voluntarios, según los estudios realizados por la Fundación, obtienen beneficios personales significativos. Así, la música, además de prevenir la salud mental, puede calmar la actividad neuronal en el cerebro, “lo que conduce a una reducción significativa de la ansiedad y ayuda a restaurar el funcionamiento eficaz del sistema inmunológico”.
El impacto de la música en los pacientes o usuarios es igualmente positivo. Un estudio propio de la Fundación muestra que, gracias a los microconciertos, los pacientes presentan una notable mejoría en su salud física y psíquica, reduciendo su ansiedad e incrementando el bienestar.
“Nuestros voluntarios cambian la vida de los pacientes con trastornos de salud mental porque la música es entretenimiento, pero, sobre todo, es una herramienta que tiene un profundo impacto positivo en su estado emocional y mental”, ha destacado.
Para la empresa, el voluntariado corporativo fomenta el trabajo en equipo, mejora la moral y el compromiso de los empleados y fortalece la imagen de la empresa como entidad comprometida con el bienestar de la comunidad.
En definitiva, “la experiencia es profundamente enriquecedora para los voluntarios, no sólo porque participan activamente en una actividad musical sino porque pueden ver de primera mano el impacto positivo que generan”, ha concluido García-Raga.