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Quiénes son Las Petunias: la banda española que mezcla ironía, emoción y punk-pop

Con su nuevo tema Poeta en Nueva York, Las Petunias abren un universo sonoro que mezcla ironía, emoción y punk-pop. El trío madrileño habla con desparpajo sobre la vida, la música y los kebabs como lugar de inspiración. En esta entrevista, repasamos su evolución artística, el equilibrio entre la amistad y la creación, y su forma de sobrevivir —con humor y sin filtros— a una industria que muchas veces va más rápido de lo que permite respirar. Las Petunias no solo componen canciones: construyen realidades, con pedales analógicos, referencias literarias y mucha personalidad.

¿Qué tal estáis y cómo os encontráis con el lanzamiento de vuestro nuevo tema?

 Pues bastante ilusionadas, pero también nerviosas, porque es lo primero que sacamos con Sonido Muchacho. Teníamos muchas ganas de hacerlo bien y de que la gente se ilusionara. Queríamos demostrar que somos buenas.

Y también de tener apoyo y trabajar más holísticamente. No solo lanzar una canción y ya, sino trabajar en estrategia, promo... Ha sido divertido. No es solo una canción, es un universo de cosas que han pasado en este viaje, y queremos que toda esa experiencia llegue a la gente.

“Poeta en Nueva York” arranca como una balada y termina con vuestro estilo punk-pop. ¿Qué emociones estaban en juego al componerla?

La mezcla de estilos no salió al componer, sino en los últimos tres días antes de grabar. No teníamos nada cerrado, así que fue un poco improvisado, probando cosas en el estudio. Y simplemente salió así. Queríamos que fuera una canción bailable, pero con coherencia y mensaje. No solo fiesta por fiesta, sino celebrar con cabeza. Ha sido una canción muy intuitiva. No teníamos maquetas ni una idea clara. Simplemente nos dejamos llevar por lo que nos pedía el tema... y salió bien.

¿De qué manera os ha influenciado Federico García Lorca, cuyo poemario inspira el título del tema?

Las tres hemos leído a Lorca, y claramente nos ha influenciado. A mí me gusta que, en “Poeta en Nueva York”, él se mete mucho con la ciudad: habla de lo bonito pero también de lo horrible, de la suciedad, las ratas... Eso es un poco lo que queríamos hacer: mostrar que es un sitio increíble, pero también hostil. Leí el poemario en la adolescencia, y al ir a Nueva York lo teníamos muy presente. No fue algo planeado, simplemente salió así.

¿Qué ciudades os inspiran más para escribir: Nueva York, Madrid o alguna más secreta? 

Cualquiera donde nos pasen cosas. Como ahora estamos en Madrid entre la uni, trabajos, Petunias... pues escribimos sobre Madrid. Pero si estuviéramos en Salamanca, escribiríamos sobre Salamanca. En “Audi Cuatro Latas” mencionamos una sala de Donosti. También estamos componiendo cosas sobre Valencia. Somos muy geográficas.

¿Qué decisión de producción fue más difícil o novedosa en este tema respecto a trabajos anteriores? 

Hace como tres años que no grabábamos baterías acústicas. En este tema nos ayudó Elena Sabio, de otra banda, y Jana, nuestra mánager, también estuvo implicada. Fue reconfortante volver a grabar batería en directo. Al final le coges miedo, como cuando dejas de montar en bici. También trabajamos de forma analógica: guitarras con pedales físicos, sintetizadores sin plugins... Todo más vintage. Más Nueva York. Le dijimos al productor: “Esto tiene que ser Rick Rubin, esto es Nueva York”.

Habéis trabajado con Sergio, Elena, Jana… ¿Qué tiene que tener alguien para que queráis colaborar con él o ella? 

Que entienda nuestra energía. Que no nos juzgue por ser un poco caóticas, por tener la visión en la cabeza sin poder materializarla del todo. Y que nos inspire musicalmente. No hace falta ser el mejor, simplemente tener ganas y estar en nuestra misma vibra.

¿Cómo os sentís dentro de la escena musical española, con esta exigencia constante de sacar un single cada viernes?

 Nuestra virtud es que nos da un poco igual todo eso. Nunca hemos estado obsesionadas con entrar en playlists o con las fechas. Confiamos en nuestro instinto. No llevamos el estrés por bandera. Las cosas saldrán como tengan que salir. Nuestra mánager nos ayuda a mantener el equilibrio y no caer en esas dinámicas de explotación. Ese sistema hace que se publiquen cosas sin sentido ni para el artista ni para el público. Nosotras no lo hemos hecho, en parte, porque aún no vivimos de esto. Pero si llegamos a vivir de ello, seguiremos priorizando la autenticidad.

¿Qué artistas os inspiran emocional y estéticamente? 

¡Pilladas! Escuchamos mucha música, pero no hay nadie que sea exactamente como nosotras. Tenemos gustos diferentes pero solapados. Goya es muy de rock clásico, Cecilia escucha más cosas americanas, y yo (risas) soy más de pop indie actual. Como mezcla, es un Frankenstein que mola bastante. No tenemos un género definido. A veces pensamos que un tema sonará a tal cosa, y luego suena a Petunias.

¿Cómo ha evolucionado vuestra relación desde que empezasteis? ¿Cómo lleváis el roce entre amigas, artistas y compañeras de gira? 

Pues, a ver, roce hay... Pero ya nos conocemos tanto que sabemos cómo gestionarlo. Si una se levanta con el pie torcido, ya sabemos que es por eso y no pasa nada.

Pasamos semanas enteras juntas y aún así nos apetece quedar en el finde. No nos cansamos porque compartimos sentido del humor, energía... Sabemos decirnos: “Tía, ya”, y aceptar los límites sin orgullo. Aquí no hay ego.

¿Si alguien os descubre por primera vez, qué canción le recomendaríais? 

“Poeta en Nueva York”, sin duda. Tiene ese punto que te hace pensar “¿qué más harán estas chicas?”. Aunque somos muy fans de “Mercerías Las Justas”, “Poeta…” es más inmediata, divertida y da ganas de curiosear.

En vuestra música hay ironía, pero también emoción a flor de piel. ¿Os duele más reír o llorar? 

Reír duele más, porque normalmente ya has llorado antes. Reímos mucho porque lloramos mucho. Es así. Es como mis dos lobos: papá y mamá. No podemos elegir.

¿Qué importancia tiene el kebab en vuestro proceso creativo? 

Muchísima. Está al lado de nuestro local de ensayo. Después de ensayos duros, vamos ahí a relajarnos, a hablar, a ser un poco tontas. Fue en un kebab donde quedamos con Goya por primera vez y decidió unirse a la banda. Es un sitio de inspiración, donde sacamos el móvil y escribimos letras en las notas.

¿Qué representa para vosotras “Creo que soy de porcelana” y cómo se relaciona con este nuevo camino que abrís con “Poeta en Nueva York”

Fue un disco profundo, serio, con mucha presión. Ahora necesitábamos algo más ligero, algo que nos hiciera gracia, que fuera divertido. Esta nueva canción es un respiro mental. Aunque seguimos siendo perfeccionistas, necesitábamos disfrutar, apagar el cerebro, bailar.

¿Qué estáis preparando para la gira de otoño?

 Vamos a girar con Amor Líquido porque tenemos canciones juntas. Ahora en verano descansamos un poco, aunque también trabajamos. Queremos empezar septiembre con fuerzas. Nunca hemos girado con otra banda, así que es algo nuevo. Expectación, ganas... y a por ello.

¿Cómo lleváis la falta de presencia femenina en festivales españoles?

 No nos sorprende porque es lo habitual desde que entramos en la industria. Debería cambiar, pero parece que hay mucha reticencia. No es solo un problema de los carteles. Faltan mujeres en todos los niveles de la industria: promotoras, técnicas, managers... Es un cambio estructural lo que hace falta. La gente también debería hacer autocrítica: ¿escucho bandas femeninas? ¿Por qué no? Es una cuestión social profunda.

Si las Petunias desaparecieran mañana, ¿qué os gustaría que se dijera de vosotras dentro de 10 años?

 Que esto era más divertido cuando estábamos vivas. Nos encantaría que nos recordaran por haber hecho siempre lo que queríamos y por ser divertidas. Y un poco rollo Marisol: desaparecer, irnos a un pueblo, que a los Goya vaya nuestra hija, que Amaya cante una canción nuestra...

¿Qué proyectos tenéis en mente más allá de la piscina y el verano?

¡Exclusiva! Este verano volvemos al estudio a grabar. Nos vamos a encerrar en una casa una semana, hacer canciones que nos gusten a nosotras y ver qué pasa. Sin fechas, sin presión. Queremos tomárnoslo con calma, porque el disco anterior lo hicimos en speedrun. Esta vez, más calmadas y disfrutonas.

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