El concierto de piano a cuatro manos interpretado por Dalia Bartoli y María de la Luz Santamaría Moreno en la Iglesia de la Magdalena de Córdoba fue una velada inolvidable que combinó la grandeza de la música clásica con la esencia mágica de un espacio histórico. La selección del repertorio, que abarcó obras de Mozart, Ravel y Schubert, no solo mostró la versatilidad de las intérpretes, sino también su profunda conexión musical, llevándonos a través de un viaje emocional fascinante.
El recital comenzó con la majestuosa "Fantasía en fa menor" de W. A. Mozart, una obra que exige tanto virtuosismo como sensibilidad. Bartoli y Santamaría Moreno interpretaron el primer movimiento, "Allegro", con una energía vibrante y una claridad en las líneas melódicas que capturó la atención del público desde el primer acorde. La transición hacia el "Andante" fue especialmente conmovedora, con un uso delicado del pedal que otorgó una atmósfera introspectiva y lírica. La culminación en el tercer "Allegro" fue un derroche de brillantez técnica, donde ambas pianistas demostraron una compenetración excepcional, logrando un diálogo musical que resonó en cada rincón de la iglesia.
La segunda parte del programa se centró en "Ma mère l’Oye" de Maurice Ravel, una suite que evoca cuentos de hadas con su rica paleta sonora. La "Pavane de la Belle au bois dormant" se interpretó con una delicadeza casi etérea, transportando al público a un mundo de ensueño. La interpretación de "Petit Poucet" fue divertida y juguetona, mientras que "Laideronnette, Impératrice des Pagodas" destacó por su carácter exótico y rítmico, donde la precisión de las pianistas brilló en cada acorde. Sin embargo, fue "Les entretiens de la Belle et la Bête" la que realmente tocó las fibras del corazón, con una elegante valse que evocó la danza entre la belleza y la bestia. Finalmente, "Le jardin féerique" cerró esta sección de manera magistral, con un final que resonó como un susurro en el aire, dejando al público en un estado de asombro.
Para culminar la velada, las intérpretes presentaron "Lebensstürme" de Franz Schubert, una obra que encapsula la turbulencia emocional y la profundidad del alma humana. El "Allegro ma non troppo" fue ejecutado con una intensidad que reflejaba las luchas internas y los anhelos de Schubert. Bartoli y Santamaría Moreno lograron transmitir un espectro emocional que iba desde la desesperación hasta la esperanza, llevando al público a través de un viaje conmovedor que culminó en un clímax apasionado.
La atmósfera de la Iglesia de la Magdalena, con su arquitectura gótica y su reverberación natural, amplificó la belleza de cada interpretación. La conexión entre las dos pianistas fue palpable, y su habilidad para comunicarse musicalmente creó un ambiente íntimo y poderoso. El concierto no solo fue un despliegue de técnica y virtuosismo, sino también una celebración de la música como un lenguaje universal que une a los intérpretes y al público en una experiencia compartida.
Al final de la actuación, el público estalló en aplausos prolongados, un reconocimiento merecido a la maestría de Dalia Bartoli y María de la Luz Santamaría Moreno. Este concierto no solo dejó una impresión duradera en los asistentes, sino que también reafirmó la importancia de la música en la vida cultural de Córdoba, uniendo el pasado y el presente en una experiencia que resonará en la memoria colectiva. Sin duda, fue una noche en la que la música se convirtió en magia.