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El víncula rock hace disfrutar a escañuela al ritmo del mejor rock

1.500 personas gozan de los conciertos de artistas de primera fila nacional como El Drogas o Koma 

Un año más, la localidad de la campiña se convierte en epicentro de la mejor música, atrayendo gran cantidad de público

El Víncula Rock ha vivido una de sus mejores ediciones desde su nacimiento en 1.992 en este 2025, gracias al magnífico tiempo, buen ambiente, inmejorable cartel y perfecta organización que han marcado el evento en su trigésimo segunda edición. 1.500 personas se dieron cita en el Campo de Fútbol de Escañuela para disfrutar de una fiesta de la música de primer nivel, que sin perder su esencia se está transformando, ampliando sus horizontes y generando una fecha que siga desarrollando su capacidad de atracción hacia una localidad que, cuando llega el día, vive por y para el Víncula.

La fiesta comenzó por la mañana, en la Plaza Primero de Mayo, donde el ambiente se fue caldeando gracias a las actuaciones de Megascolia y THC (Tu Hipocresía Cultural). El centro de la localidad se convirtió, un año más, en lugar de encuentro para amantes del rock de toda la provincia, que cada año en más número, aprovechan para visitar Escañuela y disfrutar de su hospitalidad.

A las dos y media terminó la fiesta en el centro del pueblo, que lentamente se fue desplazando hasta el Campo de Fútbol, situado a las afueras, donde las puertas para el evento cultural del año en la localidad se abrieron a las 17:30. El gran nivel organizativo que trasladaron oleoSÓNICA Music e Inala Producciones permitió escalar los servicios que se ofrecen en un festival de gran formato hasta adaptarlo a las necesidades del Víncula, permitiendo disfrutar de la mejor experiencia posible a los asistentes.

La banda de Torredonjimeno Alimañas fue la encargada de abrir el cartel del Víncula y lo hizo con una imponente descarga de energía que atrajo ya a los primeros asistentes hasta las primeras filas junto al escenario. Tras ellos, The Litronas, máximo exponente del rock escañolense, se manejaron con soltura en un escenario de grandes dimensiones al saberse en casa. No eran pocos los asistentes que coreaban sus canciones, incluida la que ya es el himno (aún) oficioso del festival.

Poco antes de las ocho saltó al escenario uno de los grupos que más interés habían despertado entre los asistentes. Gritando en Silencio se reivindicaron como una banda de rock que es capaz de facturar temas con precisión milimétrica en directo a la vez que derrochan energía, demostrando que habían sido una apuesta segura por parte de la organización. Y más cuando a continuación fueron secundados por una de las principales estrellas de la noche, El Drogas, que acompañado por una magnífica banda, demostró que ni los años ni otras circunstancias hacen mella en su espíritu rockero. El ex vocalista de Barricada (de la que rescató varios clásicos como ‘Problemas’ o ‘Balas blancas’) alcanzada su edad de jubilación ordinaria no parece dispuesto a hacerlo de los escenarios, lo que refrenda con una magnífico estado de forma que también se traslada a su voz, que no se tambaleó ni un ápice en todo el show.

Había ya caído la noche en la campiña cuando Koma tomó las tablas del Víncula. La descarga de energía brutal de Brigi Duque y los suyos se metió al público en el bolsillo desde el primer tema. La banda sonó redonda y contundente, sin dar descanso ni un segundo a unos asistentes que agradecieron cada éxito de la larga carrera de la banda navarra. Koma decidió, además, seguir el pequeño “juego” que ya había iniciado El Drogas en su concierto, que aprovecho un momento del mismo para introducir en una de sus canciones el estribillo de uno de los clásicos más celebrados de Koma, ‘Aquí huele como que han fumao’. Ellos, por su parte, dieron el relevo a sus sucesores en el cartel con uno de los gritos de guerra de O’Funk’Illo “¡eso cuenno!”.

Eso sí, más comedido que otras veces en el uso de esta voz de guerra estuvo Andreas Lutz, vocalista de la banda sevillana, que dio un auténtico recital sobre lo que debe hacer un grupo para poner al público del revés en un festival, sobre todo por el inagotable prime en el que sigue Pepe Bao, uno de los mejores bajistas del mundo, que frisando la sesenta está, en palabras del propio Lutz, “como recién sacao de la caja”. El despliegue de alegría “funkadélica” del combo andaluz conquistó a un publico que no dejó de bailar un segundo. Además, puso el ambiente en todo lo alto para un fin de fiesta perfecto: la actuación de una de las bandas no ya del panorama nacional, sino mundial, que mejor aúna el rock con los sonidos mestizos, los granadinos Eskorzo, que pasadas las dos de la mañana salieron a darlo todo y demostrar a los más valientes entre el público, que decidió quedarse hasta última hora, que no se equivocaban. Ya no es la calidad individual de sus músicos, es la capacidad que tienen de funcionar en conjunto y hacer surgir la música entre el caos. Un espectáculo de primer nivel del que  fue testigo Escañuela, que cierra una edición que ya queda para el recuerdo y que abre una nueva etapa que consolida y potencia el Víncula Rock como una de las citas de referencia en su género en Andalucía oriental.

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