He escrito mucho sobre esto, que la letra de La Leyenda del Tiempo, es el inicio del tercer acto de la obra de Federico García Lorca, Así que pasen cinco años. Cuando la obra fue escrita, era el recitado del personaje Arlequín.
Hasta que se transformó en música, cante y guitarra.
Creo que también he hablado mucho de la primera Leyenda del Tiempo, musicalizada por el entonces productor de Camarón de la Isla, Ricardo Pachón, con arreglos antes de su grabación en el álbum homónimo, del propio Camarón de la Isla y de su guitarrista Tomatito. Álbum que vio la luz en 1979.
Los cambios nunca son aceptados de buena gana por mentes conservadoras. En el flamenco y en todos los ámbitos de la creación humana. De hecho, La leyenda del tiempo, álbum que también contenía el Romance del Amargo, del “Romancero Gitano”; Mi niña se fue a la mar de aquellas tempranas Canciones de 1921-1924; la Nana del Caballo Grande de “Bodas de sangre” y un Homenaje a Federico, fue objeto de enorme incomprensión, incluso en forma de abucheos, sobre todo por parte de artistas y público gitano, por no hablar de críticos. Ya hemos dicho más de una vez, que el tiempo ha transformado este álbum en el segundo más vendido de la historia del flamenco.
El tiempo, siempre protagonista, en el mundo lorquiano.
Diez años más tarde, en 1989, las cosas ya habían cambiado tanto que su disco Soy Gitano fue disco de oro, -más de 50.000 copias en el primer mes de ventas-. Fue un hito, con el presupuesto más alto hasta esa fecha para un disco de flamenco. De nuevo la producción fue de Ricardo Pachón. Se grabó en Londres, en los estudios de Abbey Road, con la Royal Philarmonic Orchestra, con letras de Federico García Lorca y de Miguel Hernández y colaboraciones de Tomatito, Ana Belén y Raimundo Amador. Las letras de Federico, la Casida de las palomas oscuras, último poema del “Diván del Tamarit”, publicado póstumamente en Buenos Aires en 1940; el Romance de Thamar y Amnón, último poema del “Romancero Gitano” y una nueva versión de la Nana del Caballo Grande.
Enrique Morente
Enrique Morente fue el auténtico introductor de las llamadas “letras cultas” en el flamenco. Ciñéndonos únicamente a los textos de Lorca, su primera versión de El lenguaje de las flores, de “Doña Rosita la soltera”, por tangos, se remonta a 1972. Volvió a versionarle en 1990, en su primer disco enteramente dedicado a Federico, En la Casa-Museo Federico García Lorca de Fuente vaqueros. Con dos canciones de “Así que pasen cinco años”, Poema del tiempo y Poema del Joven; Canciones de la Romería de “Yerma”; y Poema de la Saeta de “Poemas del Cante Jondo”.
Seis años más tarde, en 1996, el gran bombazo de “Omega”, con el surrealismo de “Poeta en Nueva York”y el del grupo de rock sevillano Lagartija Nick. Con canciones lorquianas y de Leonard Cohen. Hitos, Omega, La Aurora de Nueva York, Niña ahogada en el pozo, Vuelta de paseo, Norma y paraíso de los negros, Ciudad sin sueño, entre otros.
En 1992, en el quinto centenario del Descubrimiento de América, publica un disco dedicado a la Hispanidad, Negra, si tú supieras, en el que incluye en el cante Crisol, por bulerías, en coproducción con mi amigo Antonio Benamargo, nada menos que los versos del Amigo II, primer acto de “Así que pasen cinco años”:
Yo vuelvo por mis alas
Dejadme volver
Quiero morirme siendo amanecer
Quiero morirme siendo ayer
Dejadme volver
Dejarme tornar
Dejadme volver
Yo vuelvo por mis alas
Dejadme volver
Quiero morirme siendo ayer
Quiero morirme siendo manantial
Y finalmente, en 1998, la auténtica joya: Lorca, así de escueto, la esencia de lo necesario. La Romería de Yerma en varios cantes, por fandangos, tangos, bulerías y rumba; la introducción de las “Voces Búlgaras” de Giorgi Petkov en el Cantar del Alma de San Juan de la Cruz; Y de pronto… granaína y taranta con letras de Francisco García Lorca; otra versión de El lenguaje de las flores; la Gacela del amor imprevisto del “Diván del Tamarit”; nueva versión del Poema de la Saeta; y ya al final, cante penúltimo, La Leyenda del Tiempo con música de Morente. Otra Leyenda del Tiempo para la historia.
El último cante, el objetivo del disco, el dedicado a la muerte del poeta, Campanas por el Poeta, con letra de Morente y las “Voces Búlgaras”.
Teresa Fernández Herrera