Sevilla vibró la pasada noche con el regreso de Amaral, que eligió el escenario del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo para desplegar la magia de su “Dolce Vita Tour”. Con la joven artista emergente Pilu como telonera, el dúo zaragozano conquistó a un público entregado en una noche que combinó estrenos cargados de energía con himnos que ya forman parte de la memoria colectiva de varias generaciones.
El pasado domingo 7 de septiembre de 2025, el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) en la Isla de la Cartuja se convirtió en el epicentro de la emoción musical. Allí, Amaral —el dúo zaragozano formado por Eva Amaral y Juan Aguirre— desplegó toda la fuerza de su directo en el marco del ciclo Pop CAAC, presentando su noveno álbum, Dolce Vita.
Una antesala prometedora: Pilu, la voz emergente
La velada se inauguró con la actuación de Pilu, una artista emergente que aportó frescura y sensibilidad a la cita. Su repertorio íntimo, cargado de letras honestas y una puesta en escena desnuda, logró captar la atención del público que iba llenando el recinto. Con su actuación, Pilu se consolidó como un nombre a seguir en la nueva hornada de la música independiente española.
Amaral y el hechizo de la “Dolce Vita”
Pasadas las 22:30 horas, la oscuridad del escenario se iluminó con la voz inconfundible de Eva Amaral, cristalina y poderosa, y con los acordes de Juan Aguirre, precisos y envolventes. Arrancaba un viaje que mezcló los nuevos temas de Dolce Vita —como Rompehielos, No lo entiendo o Ahí estás— con los grandes himnos de su carrera: Sin ti no soy nada, Marta, Sebas, Guille y los demás o El universo sobre mí.
La escenografía, con un diseño que evocaba un oasis contemporáneo, reforzaba la sensación de estar ante un espectáculo pensado al detalle: luces que respiraban al ritmo de cada canción y visuales que abrazaban la música sin restarle protagonismo.
Conexión absoluta con Sevilla
El público respondió con entrega total. Cantaron, saltaron, se emocionaron y devolvieron cada gesto de Eva con ovaciones interminables. Hubo momentos de euforia, pero también de recogimiento: la interpretación de Cómo hablar provocó un silencio reverente antes de desatar una ovación que resonó en toda la Cartuja.
Un final con promesa
Tras más de dos horas de concierto, Amaral cerró con un bis cargado de energía y gratitud. Eva, visiblemente emocionada, agradeció a Sevilla su “calor infinito y su manera única de vivir la música”. El público, en pie, supo que había asistido a algo más que un concierto: fue una celebración de la música como lenguaje universal.
La “Dolce Vita Tour” sigue su curso por distintas ciudades españolas, pero lo vivido en Sevilla ya queda inscrito en la memoria colectiva de quienes estuvieron allí.